lunes, 16 de agosto de 2021

Al modo de Ángel González

Para la elaboración de estos dos poemas he partido de dieciséis versos dictados por una voz que "todo lo sabe”, que como además es la mía me tiene harto. 

Ángel González (Oviedo 1925) vecino y noctámbulo, me ofreció dos moldes para mi masa madre, sus poemas Por aquí …” y  “el día se ha ido”.

Espero no haberlo defraudado con el resultado.



Por aquí … 
Por aquí habitó el mar 
Por aquí tus risas
fueron resplandeciendo las olas
despeinando la sal
acariciando las piedras, dejando
el agua entre las rocas
en la bajamar   
No te bañas tú en esta playa:
es el mar el que inunda
tu desnudez de agua salada,
reflejo de caracolas y de algas.
Si carcajeas, el mar se enoja 
Si sonríes, las olas se aplacan.



Por aquí pasa un rio
Por aquí pasa un río.
Por aquí tus pisadas
fueron embelleciendo las arenas,
aclarando las aguas,
puliendo los guijarros, perdonando
a las embelesadas
azucenas...
No vas tú por el río:
es el río el que anda
detrás de ti, buscando en ti
el reflejo, mirándose en tu espalda.
Si vas de prisa, el río se apresura.
Si vas despacio, el agua se remansa.




El dia se ha ido, 

ahora andará por otras tierras

llevando lejos una luna virgen.

Aventando canciones, y cuentos

a las niñas que solo tienen esqueleto

- brisa de hojas encendidas,

que araña el cristal de la ventana.


(Entretanto, ese mar, con su lengua de mercurio

en retirada, desnudó las rocas

dejando un salón de juego en las charcas)


Sí;

     definitivamente el día se ha ido,

     por la playa dibujada.

Mucho no se llevó (no trajo nada)

Me dejó aquél tacto clausurado por los años,

un menguado tiempo de amor y algas.

Tampoco la lloréis

sin duda alguna, volverá mañana.

Ahuyentará a ese mar de azogue.

Desvestirá las rocas hasta hacerlas opacas.


Pero no será igual. Será otro día.


Será otra brisa de la misma casta.



el día se ha ido

Ahora andará por otras tierras,

llevando lejos luces y esperanzas,
aventando bandadas de pájaros remotos,
y rumores, y voces, y campanas,
-ruidoso perro que menea la cola -5
y ladra ante las puertas entornadas.

(Entretanto, la noche, como un gato
sigiloso, entró por la ventana,
vio unos restos de luz pálida y fría, y
se bebió la última taza.) -10

Sí; definitivamente el día se ha ido.
Mucho no se llevó (no trajo nada);
sólo un poco de tiempo entre los dientes,
un menguado rebaño de luces fatigadas.
Tampoco lo lloréis. Puntual e inquieto, -15
sin duda alguna, volverá mañana.
Ahuyentará a ese gato negro.
Ladrará hasta sacarme de la cama.

Pero no será igual. Será otro día.

Será otro perro de la misma raza.


  © 2021  Texto Arturo García Fernández

  ©   Texto Ángel González

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