lunes, 9 de mayo de 2022

Ocho de mayo del dos mil veintidós

Este domingo, que la inercia no esconde nada.

Cuando otra vez, se ha ido cuesta abajo nuestra tarde

bailando un oscilante swing, con lo aburrido.

Sin los besos en el asiento de atrás de un coche, 

sobre el sofá, se abrazan lo cruel y la empatía

entre los latidos de nuestra supervivencia.


Domingo de tregua, para dioses extinguidos.

Un leopardo en llamas de laurel y serpientes 

sueña con el opaco estertor de cada víctima.


Preso por meridianos de hielo que se encogen,

rugiendo revienta  las cuerdas del arpa ciega.

Pisa por fin la tierra, virginal e implacable.

Su olfato es del aire, que lo avasalla sin huellas

su oido un laberinto, donde chocan las palabras

su tacto antes seco, ahora es un cauce de agua.


Hoy vuelan serpentinas, de bolas amarillas

larga cadena de juegos, y variables astros.

Este domingo. Alcaraz es capital del mundo.







               ©  2022 foto y versos de  Arturo García




domingo, 1 de mayo de 2022

En estos días

En estos dias conviene
retirarse tenuemente,
del espectáculo al que nunca se ha accedido,
del escenario donde muere la razón,
para hacer un boca a boca a las palabras,
que agonizan bajo las pezuñas
del acerado viento.

Parad los relojes del mundo. 
Parad, los relojes del mundo.
Filtrad por debajo de la puerta, 
la forma leve de una sombra blanca.

No asomaros a la Historia con banderas, 
como si la Historia
no fuera la sangre de los Imperios.
Mejor caer del aire y disolverse 
como si no hubiéramos existido, 
como si nada, como si nada hubiera pasao
como si nada, como si nada hubiera pasao.
 




©  2022 foto y versos de  Arturo García