La noche replegó las esquinas. El despertar las desdobló en imágenes. Por la playa Aquiles arrastra la cabeza de Héctor. Castillos de arena esparcidos por las olas. En su carro de fuego, Elías cruza el amanecer.
Resuena la caracola. Está sin estrenar la voz ronca por andar descalzo.
A este libro se le caen las letras. La imparable brisa estremece páginas en blanco. En un final que es el principio, resuena aquél párrafo leído en la vigilia:
“Yo no soy viejo todavía, pero como si lo fuera porque ya no soy joven. Hay quién nace para joven y quién para viejo. Yo confieso que soy de estos últimos”.
© 2013 Texto y fotografía, Arturo García Fernández
Este pequeño relato ha sido finalista junto a cinco más, entre más de cien presentados en el CONCURSO de MICRORRELATOS del "Día Internacional del Libro Cervantes 2013" el pasado 23 de abril.
ResponderEliminarEnhorabuena Arturo! No me extraña que hayas quedado finalista. Son unos relatos muy frescos y emotivos, me gustan tus reflexiones. Estoy deseando que sigas actualizando.
ResponderEliminarUn abrazo,
Susana.
Agradezco mucho que dediques parte de tu escaso tiempo a leer y comentar "estes cosines".
EliminarSaludos desde Oviedo